Cómo un “ligero” cambio puede generar gran impacto.

En un contexto donde las herramientas financieras tecnológicas cobran cada vez mayor relevancia a nivel mundial, Visa decide renovarse a través de una identidad que le permita comunicarse de manera eficiente y adentrarse por completo en la economía digital, tomando en cuenta las nuevas formas en que los usuarios podemos mover nuestro dinero y otras categorías emergentes como lo son pagos de negocio a negocio (b-to-b) o transferencias de par a par (peer-to-peer).

A través de la campaña “Meet Visa”, la organización busca se  reposiciona como una red al servicio de todos y que va más allá de un simple plástico o tarjeta de crédito.

Uno de los elementos de este rebranding es el cambio en el logotipo de Visa, que había sido renovado por última vez en 2014. Dicha modificación puede pasar desapercibida a simple vista, sin embargo, esta simplificación ayuda a la marca a adquirir mayor flexibilidad a la hora de reproducirse en pantallas pequeñas y plataformas más dinámicas, brindando experiencias digitales óptimas a los usuarios.

Además del logotipo, Visa también presenta un símbolo que consta de tres barras horizontales de colores azul, blanco y amarillo. Al incorporar esta figura en sus comunicaciones, la marca puede reforzar su mensaje de universalidad resaltando sus valores históricos: acceso, igualdad e inclusión.

La marca ha comentado que a lo largo de este año podremos observar paulatinamente este rebranding en todos los mercados donde opera.

¿Qué opinas de esta actualización de Visa? Si quieres conocer más del tema, visita el sitio de Mucho, agencia encargada de este proyecto.